Nuestros podólogos de El Paso hablan de la importancia del cuidado del pie diabético
Vivir con diabetes implica controlar cuidadosamente la glucemia y prestar mucha atención a la salud, incluido el estado de los pies. Lo que al principio puede parecer un problema relativamente menor en los pies puede convertirse rápidamente en una complicación grave cuando hay diabetes de por medio. Por eso, una de las medidas más importantes que puede tomar para proteger su salud y su calidad de vida es acudir a un podólogo cualificado para el cuidado rutinario del pie diabético.
Los podólogos experimentados de The Foot Institute en El Paso, TX, entienden los desafíos únicos que la diabetes plantea a la salud de los pies. Colaboramos estrechamente con nuestros pacientes diabéticos para proporcionarles un tratamiento eficaz de problemas como las úlceras del pie diabético y trabajamos de manera proactiva para ayudarles a controlar las heridas de curación lenta y evitar complicaciones graves.
Por qué la diabetes supone un riesgo para la salud de los pies
La salud de los pies es una de las principales preocupaciones de los diabéticos por varias razones. Por ejemplo, un nivel descontrolado de azúcar en sangre puede dañar los nervios de los pies y las piernas, provocando una neuropatía diabética periférica. Esta afección provoca entumecimiento, hormigueo y una pérdida de sensibilidad que dificulta la detección de cortes, llagas o cambios de temperatura.
La diabetes también suele provocar una reducción de la circulación sanguínea en los pies. Un flujo sanguíneo deficiente ralentiza la cicatrización, lo que permite que lesiones leves progresen hasta convertirse en heridas graves denominadas úlceras del pie diabético.
La combinación de disminución de la sensibilidad y deterioro de la cicatrización de las heridas crea la tormenta perfecta para las infecciones que ponen en peligro las extremidades de las personas con diabetes. De hecho, las personas con diabetes pueden tener un riesgo 15 veces mayor de necesitar una amputación de miembro inferior en comparación con quienes no padecen la enfermedad.
Aunque estas complicaciones pueden parecer inevitables, la mayoría se pueden prevenir con un cuidado adecuado del pie diabético. Para las personas diabéticas, el tratamiento inmediato de los problemas alimentarios junto con las visitas rutinarias al podólogo son fundamentales para identificar los problemas a tiempo y aplicar un tratamiento rápido. Al detectar a tiempo posibles problemas como uñas encarnadas, infecciones fúngicas o úlceras en los pies, el podólogo puede tratarlos antes de que se produzcan complicaciones.
¿Con qué frecuencia deben consultar al podólogo los diabéticos?
La Asociación Médica Americana de Podología recomienda que las personas con diabetes se sometan a un examen preventivo completo de los pies al menos una vez al año. Sin embargo, es posible que deba visitar al médico especialista en pie y tobillo con más frecuencia si experimenta o sospecha un problema en el pie o si presenta determinados factores de riesgo, como:
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Antecedentes de úlceras o amputación del pie diabético. Si ha desarrollado anteriormente una úlcera en el pie diabético o ha necesitado una amputación, corre un mayor riesgo de que estas complicaciones vuelvan a producirse en el futuro.
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Deficiencia visual que dificulta la autoexploración de los pies. La diabetes puede afectar a la visión, lo que dificulta la inspección adecuada de los propios pies para detectar pequeños cortes, rasguños o cambios de color o textura.
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Neuropatía diabética grave o arteriopatía periférica. Las lesiones nerviosas avanzadas y la mala circulación pueden provocar una pérdida de la sensibilidad protectora y ralentizar la cicatrización de las heridas.
Qué esperar durante el examen del pie diabético
Cuando usted visita The Foot Institute para un examen de pie diabético, su podólogo El Paso inspeccionará cuidadosamente sus pies y tobillos para detectar cualquier anormalidad. Además de revisar su historial médico y examinarle los pies, evaluarán su nivel de sensibilidad, circulación y estado de la piel. También le examinarán para detectar problemas comunes de los pies, como juanetes o dedos en martillo, que pueden aumentar la presión sobre los pies e incrementar el riesgo de desarrollar heridas.
Durante su examen para el cuidado del pie diabético, su podólogo trabajará con usted para crear un plan individualizado adaptado a sus necesidades únicas. Este plan puede incluir el corte rutinario de las uñas de los pies, la eliminación de callosidades, plantillas ortopédicas a medida o calzado para diabéticos, así como el tratamiento de cualquier problema que pueda necesitar atención podológica.
Su podólogo también le dará valiosos consejos sobre cómo cuidar sus pies en casa entre consulta y consulta. Esto le ayudará a saber qué debe hacer para reducir las probabilidades de sufrir heridas en los pies que puedan dar lugar a complicaciones graves.
Consejos preventivos para el cuidado de los pies de los diabéticos
Cuando se padece diabetes, más vale prevenir que curar. Hábitos aparentemente sencillos pueden marcar una gran diferencia a la hora de evitar complicaciones del pie diabético a largo plazo. Entre las medidas preventivas importantes sobre las que puede informarle su podólogo se incluyen:
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Inspeccionar los pies a diario para detectar cualquier cambio. Acostúmbrese a revisar sus pies todos los días en busca de cortes, ampollas, enrojecimiento, hinchazón o problemas en las uñas. Si tiene problemas para alcanzar o ver sus pies, pida ayuda a un familiar o utiliza un espejo.
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Lavar suavemente los pies y aplicar crema hidratante para evitar la piel seca y agrietada. Lávese los pies a diario con agua tibia y jabón suave, procurando no dejarlos en remojo, ya que esto puede resecar la piel. Séquese bien los pies, sobre todo entre los dedos, y aplique una crema hidratante rica para mantener la piel flexible.
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Llevar siempre calcetines y zapatos limpios y bien ajustados. Elija calcetines que absorban la humedad y calzado de buen ajuste y sujeción para proteger los pies de lesiones y evitar ampollas. Evite los zapatos de puntera estrecha o tacón alto que ejercen una presión excesiva sobre los pies.
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Favorecer la circulación con ejercicio regular. La actividad física ayuda a mejorar el flujo sanguíneo a los pies y las piernas. Los ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar o montar en bicicleta, son excelentes opciones.
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Evitar andar descalzo, incluso dentro de casa. Protéjase siempre los pies con zapatos o zapatillas, incluso cuando esté en casa. Pisar un objeto afilado o exponer los pies a temperaturas extremas puede causar lesiones que pueden pasar desapercibidas debido a la disminución de la sensibilidad.
Tratar rápidamente cualquier corte o raspadura y vigilarlos para detectar signos de infección. Si se hace una herida leve en el pie, límpiela con agua y jabón suave, aplica una pomada antibiótica y cúbrela con un vendaje estéril.